Sunday, September 19, 2010

HIPERTIROIDISMO FELINO. INTRODUCCIÓN



David B. Church, BVSc, PhD, MACVSc, MRCVs, ILTM

Traducción: Alejandro Flores A. VetLab

En contraste con el perro, cuya enfermedad tiroídea más común es el hipotiroidismo, para el gato la enfermedad de la glándula tiroides más frecuente es el hipertiroidismo o tirotoxicosis.
Desde los primeros informes clínicos de la tirotoxicosis felina, en 1979, esta condición ha sido reconocida con una frecuencia creciente. La explicación de este aumento en la prevalencia sigue siendo incierta, pero parece poco probable que se deba únicamente a un mayor reconocimiento o al aumento en la expectativa de vida del gato doméstico. Cualesquiera sean las razones, parece ser que éstas sólo influyen en los felinos y no a la población canina, porque la tirotoxicosis sigue siendo un trastorno muy poco común en los perros. El hipertiroidismo felino resulta del desarrollo espontáneo de los nódulos de una glándula tiroides hiperfuncional, y no está necesariamente asociada con una neoplasia tiroídea maligna. Un problema similar se presenta en humanos, bajo el nombre de “bocio nodular tóxico ". Aunque existen algunas similitudes entre la enfermedad en el hombre y la de los gatos, también existen algunas diferencias significativas. La glándula tiroides del gato hipertiroídeo contiene uno o varios nódulos grandes de funcionamiento autónomo. Al parecer, ni el crecimiento ni la hiperfunción de estos nódulos depende de estimuladores extratiroídeos circulantes. La lesión de base parece ser una excesiva capacidad de crecimiento intrínseco de algunas células.

HIPERTIROIDISMO FELINO. FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo propuestos para el desarrollo de hipertiroidismo felino incluyen a los gatos alimentados con productos enlatados o el uso de arena para sus deposiciones. Los factores ambientales, como la exposición a compuestos goitrogénicos (que inhiben la iodinización de la tiroxina) como los ftalatos, también han sido descritos. Los gatos tienen una capacidad relativamente lenta de la glucuronidación, cual es la vía metabólica responsable del catabolismo de muchos compuestos goitrogénicos. Tambien se ha sugerido como factor de riesgo los autoanticuerpos y las causas genéticas o infecciosas.

HIPERTIROIDISMO FELINO. CARACTERISTICAS CLINICAS



Ésta es básicamente una enfermedad de aparición en gatos de edad mediana o mayores. En un estudio reciente el 90% de los gatos afectados tenía 11 años de edad o más. El signo más frecuente es la pérdida significativa de peso. A menudo acompañado de polidipsia, aumento o disminución del apetito y vómitos ocasionales. En algunos casos, se asocia el aumento del volumen fecal o incluso diarrea. Los animales afectados pueden ser hiperactivos o agresivos, alternativamente, o pueden padecer letargia y escasa respuesta a los estímulos.
Aunque los signos de insuficiencia cardíaca congestiva no son comunes, en muchos gatos afectados por un hipertiroidismo leve a moderado, aparece miocardiopatía hipertrófica, la que generalmente provoca un aumento del gasto cardíaco, con o sin un soplo sistólico, el que es más audible sobre la base del corazón.
Puede palparse una masa tiroidea discreta hasta en un 90% de los casos afectados, pero hay que recordar que muchos gatos mayores pueden tener nódulos tiroideos palpables que son clínicamente insignificantes, mientras que no todos los gatos con hipertiroidismo tienen una lesión palpable.
Patología Clínica de Rutina: En el hemograma se pueden observar cambios inespecíficos, los que pueden incluir eritrocitosis y un leucograma de estrés. Puede haber una elevación leve a marcada de la alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST) y fosfatasa alcalina (ALP), que son las alteraciones bioquímicas más frecuentes en esta patología. Los análisis de varias series de casos clínicos sugieren que aproximadamente el 90% de los gatos hipertiroídeos tienen una elevación en una de estas tres enzimas. Sin embargo, esto no quiere decir que la ausencia de la elevación de estas enzimas se oponga al diagnóstico de hipertiroidismo.
También pueden encontrarse leves a moderados aumentos en la urea y la creatinina en más del 25% de los gatos con hipertiroidismo, mientras que la hiperfosfatemia, sin azoemia, se puede encontrar hasta en el 20% de ellos.

HIPERTIROIDISMO FELINO. TEST HORMONALES

Elevaciones en las concentraciones basales de T4 plasmática son patognomónicas de la tirotoxicosis en un gato mayor, aunque un T4 plasmático normal no excluye el diagnóstico. Tanto el T4 plasmático total y el T4 libre pueden fluctuar dentro del rango normal en los gatos hipertiroídeos durante un período de algunos días.
Por otra parte, cualquier complicación estresante tenderá a bajar los niveles de T4 basales, resultando que en un gato evidentemente hipertiroídeo presente niveles basales de T4 dentro del rango normal.
En consecuencia, existe una serie de razones por las que un animal puede tener todas las características clínicas de hipertiroidismo, pero no tienen una T4 basal elevada. En estos casos, donde hay una fuerte impresión clínica de hipertiroidismo y una TT4 basal no confirmatoria, hay algunas alternativas que pueden ser consideradas.
En primer lugar, puede ser prudente esperar simplemente por un mes más o menos y repetir la prueba TT4 basal, después de comunicarle al dueño que si el gato es efectivamente hipertiroideo, existe la posibilidad de deterioro agudo en cualquier momento.
La determinación de T4 libre por diálisis de equilibrio (edFT4) puede ser aclaratoria en algunos casos, puesto que se ha informado que hay gatos hipertiroideos con la TT4 basal normal que tienen niveles elevados de edFT4. Desafortunadamente, en algunos gatos no hipertitoídeos, puede haber una elevación de dFT4, por lo que no es prudente usar el ensayo edFT4 como prueba de detección de hipertiroidismo
Una serie de informes también demuestran que la gammagrafía puede ser útil en la determinación de los pacientes hipertiroídeos, ya que en casi todos se presenta una recaptación asimétrica excesiva. Desafortunadamente la precisión de la centellografía por escaneo es muy dependiente del operador y de los equipos. Toda evaluación de la gammagrafía tiroidea felina requiere de la interpretación de un especialista, haciendo de ésta una alternativa a disposición de unos pocos.
Una alternativa válida puede ser una prueba funcional de la actividad tiroidea. El método funcional más confiable para descartar absolutamente el hipertiroidismo es una prueba de supresión con T3.
La prueba de supresión con T3 utiliza el efecto supresor de los niveles elevados de T3 plasmáticos sobre la TSH. Una disminución de la producción de TSH se traducirá en una reducción significativa de la síntesis endógena de T3 y T4 y en la secreción del tejido tiroídeo normal. Como el hipertiroidismo felino es causado por un tejido tiroídeo funcional autónomo, la administración de T3 a los animales hipertiroídeos no produce una disminución significativa en el plasma los niveles de T4.
El examen se realiza determinando los niveles plasmáticos de T4 total antes y después de la administración de T3 por vía oral. Dosis de 25 ug de T3 se administran cada 8 horas durante dos días y una dosis final en la mañana del tercer día (con un total de 7 dosis y una administración total de 175 ug). Se le toma una muestra basal antes de la prueba y una 8 horas después la última dosis para la determinación de TT4.
Aunque hay varias formas de interpretar la prueba de supresión con T3, lo más simple y sensible es comparar antes y después los valores absolutos de TT4 . Después de la administración de T3 los valores plasmáticos de TT4 son menores de 20 nmol/L en los gatos que no tienen hipertiroidismo, mientras que los gatos hipertiroídeos presentan valores de TT4 superiores a 20 nmol/L.
Actualmente la forma farmacéutica de T3 sólo está disponible como comprimidos de Tertroxin(R) 20 mg . Como la principal limitación para esta prueba es la incógnita de si el gato en realidad recibió las dosis correspondientes, hay que destacar a los propietarios que su gato debe recibir un comprimido más un cuarto tres veces al día. Aunque hay una tendencia a poner los comprimidos en la comida, esto es poco confiable.