El diagnóstico antemortem de las enfermedades toxicológicas, sobre la base de signos clínicos solamente a menudo es complejo y hasta peligroso. Cada sistema del organismo puede reaccionar de distinta forma, produciendo signos clínicos diversos frente a innumerables agentes tóxicos que pueden afectar a estos sistemas.
La enfermedades toxicológicas puede ser agudas o crónicas, y la presentación clínica variará dependiendo de la especie, de la vía involucrada, del agente y su magnitud; de la frecuencia de la exposición y del tiempo transcurrido desde esta exposición. Un diagnóstico toxicológico confirmado a menudo se basa en las conclusiones clínicas apropiadas. Entre ellas:
- La historia de la exposición,
- Los signos clínicos,
- El tiempo de inicio,
- La duración de los efectos en relación con el potencial tóxico del agente implicado,
- La sustancia tóxica confirmada en el animal (por ejemplo, plomo en sangre),
- La evidencia específica del trastorno fisiopatológico (por ejemplo, inhibición de la acetilcolinesterasa).
Muchos antídotos específicos tienen una toxicidad inherente, y su uso a veces puede ser peligroso. Las 5 rutas básicas de la exposición a la intoxicación son:
1) la ingestión,
2) la absorción cutánea o tópica,
3) la inhalación, 4) la inyección o envenenamiento y
5) la absorción ocular.
La mayoría de las intoxicaciones resultan de la ingestión oral de una sustancia tóxica, pero algunos productos químicos incluyendo insecticidas, fenoles y otras sustancias lipofílicas, también pueden ser bien absorbidas a través la piel intacta. La piel erosionada puede absorber algunas sustancias que de otro modo podrían no llegar a concentraciones tóxicas después de la exposición dérmica. Por supuesto que muchos agentes con partículas volátiles, aerosoles, o incluso compuestos sólidos pueden ser absorbidos por el tracto respiratorio. Para la mayoría de los agentes, la velocidad de absorción de mayor a menor es:
- Inyectable,
- Respiratorio,
- Oral,
- Tópico.
El recorrido de la exposición a menudo influye en la elección de muestras para la confirmación. Además, de la toxicosis sistémica debido a la absorción sistémica de un agente, muchos otros compuestos corrosivos pueden dañar directamente el tejido. Los protocolos de toma de muestras toxicológicas en animales deben cosiderar los cuidados para evitar la contaminación cruzada de cualquier muestra de una potencial sustancia tóxica. Se recomienda obtener las muestras de los animales sospechosos antes de la manipulación del material de origen. Si es posible, antes de comenzar el tratamiento se deben obtener las muestras de sangre total con anticoagulante EDTA y luego congelar el plasma separado. Las muestras de vómitos, orina y heces son de gran utilidad para los análisis de laboratorio. Si no es posible recoger vómito, el lavado gástrico con agua es adecuado para el análisis. Los lavados o vómitos deben ser congelados en un frasco herméticamente cerrado. Si se sospecha de una exposición tópica, las muestras de pelo pueden ser congeladas en un recipiente químicamente limpio y sellado para el análisis.
Para el diagnóstico post-mortem la necropsia es fundamental para obtener un conjunto completo de muestras para los análisis químicos, histopatológicos y microbiológicos (bacteriano, viral, parasitario). Muchos diagnósticos toxicológicos se basan no sólo en la demostración de los residuos de la sustancia tóxica, sino también en las lesiones compatibles o en la ausencia de pruebas de otras enfermedades que causen efectos clínicos similares. Las muestras para análisis deben ser individuales, congeladas, en bolsas dobles o frascos plásticos herméticos, con rotulación clara. Los especímenes deben ser recogidos de manera sistemática: contenido gástrico o rumen, contenido intestinal, heces, tejido cerebral, hígado sin vesícula biliar, riñones, grasa corporal y orina. En caso de intoxicación a través de la piel, debe evitarse el contacto de este tejido con los órganos internos para evitar la contaminación cruzada. Se recomienda el lavado repetido o el reemplazo del material y los guantes utilizados después que las muestras de piel han sido tomadas. Iguales precauciones son necesarias cuando se sospecha de altas concentraciones de sustancias tóxicas en el tracto gastrointestinal o en los órganos para los análisis.
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